La programación de conciertos veraniegos del Teatro Circo Price concluyó anoche con un broche de oro. Goran Bregovic ofreció dos horas de una mezcla de balkan y otros estilos que levantó a los asistentes de sus asientos durante buena parte del concierto.
Arrancó fuerte el concierto, con el enérgico Gas gas. A continuación, el músico yugoslavo, con la inestimable colaboración de Muharem-Muki Redzepi al bombo y el resto de su Weddings and Funerals Orchestra, desgranó sus canciones más conocidas, algunas tranquilas como Mesecina y Marushka, otras intensas como Alkohol, pero todas emocionantes.
Se marcó además un par de temas fruto de sus colaboraciones con otros grandes de la música gitana, Balkaneros (con los Gipsy Kings) y Quantum Utopia (con Gogol Bordello), que desataron definitivamente la fiesta. Resultaba cuanto menos curioso ver al público de un teatro como el Price bailar entre las butacas al son de trompetas, trombones, percusión y guitarra. Pero la música de Bregovic y su banda agita cualquier escenario.
Los bises, algo recortados por el retraso inicial, supusieron un final apoteósico. Una versión del himno partisano Bella Ciao y el archiconocido Kalashnikov dejaron el final del concierto en el clímax y al personal con ganas de más. Sin lugar a dudas, Goran Bregovic es garantía de fiesta.
Reportaje gráfico: Pablo García Fandiño